NUEVOS DRAMATURGOS 28 Feb. 2019
La Academia de Artes Escénicas de España me ha mandado un artículo del El País titulado Hombre, muerto y clásico: el perfil del dramaturgo más estrenado en España.
Al parecer y siempre según este artículo, los dos tercios de las obras de teatro estrenadas en las cuatro últimas décadas corresponden a autores muertos. De entre los 30 más estrenados figuran solo cuatro que están vivos. Según el diario y después de haber investigado en las bases de datos del Centro de Documentación Teatral, 31.000 son los estrenos contados desde el comienzo de la década de los 80 del siglo pasado hasta hoy. Desconozco si en dichos estrenos se incluye el teatro amateur o si únicamente se refiere al profesional. Lo digo porque la obra que ocupa la primera posición de todas es el Don Juan Tenorio de José Zorrilla, una obra muy dada a estrenar en escenarios de agrupaciones teatrales compuestas por aficionados. La casa de Bernarda Alba y Bodas de Sangre de Lorca ocupan respectivamente la segunda y tercera plaza. Como no podía ser de otra manera, Shakespeare y su Hamlet van en cuarto lugar. ¿Quiere decir esto que no se estrenan autores contemporáneos? No exactamente, sino que las producciones con títulos clásicos tienen más posibilidades de ser estrenadas porque algunos títulos se han convertido en una marca. Después del franquismo, la dramaturgia española sufrió el desprecio de quienes asociaban aquel teatro con la caspa antigua del teatro de Mihura o Casona, así que hasta hace unos años se prefería estrenar todo lo que procedía de autores foráneos. Brecht, Chejov o Beckett son algunos de los más representados.
Afortunadamente esto ha cambiado, y ahora son muchos los autores nacionales estrenados; ejemplos como los de Jose Luis Alonso de Santos, Sergi Belbel, Juan José Alonso Millán o Jordi Galcerán lo demuestran. Aunque sigue siendo muy difícil para los nuevos el acceso a salas profesionales, sin duda porque cuesta mucho hacerse un nombre, una marca de la que el público y los productores puedan apostar.