Habitación de hotel
Espacio comprendido entre una techumbre, un suelo y cuatro paredes, de la cuales al menos una, suele incluir una ventana. Es indispensable para que una habitación sea de hotel que contenga una o más camas, mesillas de noche, dos a ser posible, en las que reposa un teléfono fijo, tan ligero de peso que al tirar de su auricular suele salir volando hacia una dirección impredecible. También una silla frente a un escritorio, en el cual suele apoyarse un aparato de televisión que funciona mejor o peor según la categoría del establecimiento. Es preceptivo que dentro de una habitación se halle otra, de menor tamaño llamada baño, destinado a la higiene personal y al alivio de las necesidades fisiológicas de sus ocupantes.
Las habitaciones de hotel van desde las más lujosas a las más modestas, éstas, según el grado de modestia pueden pasar a llamarse cuartos de pensión. Las más lujosas se distinguen por ser de gran tamaño y por estar ricamente decoradas. Las cutres, suelen poseer lo básico para poder pasar una noche incómoda.
Las ventanas de los hoteles de lujo no garantizan ni luz ni unas bonitas vistas, en eso el azar y los recepcionistas juegan un papel fundamental. Aunque los hoteles modestos suelen ser algo más ruidosos que los de 5 estrellas, es muy posible, ocasionalmente, no pegar ojo a causa de las bodas del fin de semana, y de los decibelios que impiden el descanso nocturno.
Con tantos años de gira, son muchas horas vividas en habitaciones de hotel. Horas esperando que llegue el momento de marcharse al teatro para comenzar la función. La habitación de hotel es mi segunda casa, el lugar en el que, a solas, vivo con mi tiempo.
Estas fotos dan una idea de lo que uno es capaz de aburrirse cuando esta tanto tiempo entre las paredes de una habitación desconocida. Todas ellas parecen iguales, y sin embargo, cada una es distinta, porque no hay dos habitaciones de hotel que sean iguales.