Después de estar dando vueltas por el mundo y sus hoteles durante treinta años podemos afirmar sin tapujos ni ambages ni falsas modestias que somos unos expertos en griferías: con sólo un vistazo podemos identificar cualquier mecanismo distribuidor de agua –por muy moderno que sea– y ponerlo en funcionamiento a la temperatura correcta en un plazo de tiempo tan breve que probablemente sorprendería a los mismos retorcidos ingenieros que los diseñaron. No tengo fotos de los grifos pero sí que tengo fotos de las vistas que se verían si las duchas estuviesen junto a las ventanas. No son todas las que son porque, traspasando archivos, muchas vistas se perdieron de vista pero las que están, están.